Montecatini Alto era un castillo de origen románico que ha dado origen a la Montecatini actual. Inicialmente la única Montecatini existente era realmente esta y las aguas termales no eran otra cosa que pantanos en la parte baja del castillo. Las propiedades curativas de estas aguas sin embargo ya eran conocidas en la época de los Etruscos. Pero hasta 1530 no se le da gran importancia a estas aguas. En esta época se construyen las primeras piscinas destinadas a contener las aguas y nacen los primeros baños termales. La zona sin embargo era insalubre debido a la estanqueidad de las aguas. Fue el gran duque Leopoldo el primero en hacer construir canales de desagüe recuperando la zona. Fue así como comenzó a adquirir vida propia también el burgo de Montecatini Terme ligada a la actividad de las aguas y baños termales.
El castillo de Montecatini Alto surge sobre una colina de 300 metros de altura. Se llega a través de la carretera local de Montecatini o gracias al funicular que ofrece además una preciosa vista sobre la Valdinievole. Al pueblo se accede a pie a través de un camino delimitado por numerosos árboles plátanos. Siguiendo la muralla uno se encuentra catapultado a otro tempo histórico, las callejuelas y pequeñas plazas parecen haber conservado el sabor de tiempos pasados y parecerá que podrían salir al paso una carroza o una doncella de la antigüedad con un cesto de huevos frescos. Todos los edificios han sido rigurosamente conservados con el aspecto original y están perfectamente integrados en la historia del castillo. En 1898 fue inaugurado el funicular que hoy tiene el aspecto de un trencito de película del oeste y que en aquella época representaba un moderno medio de transporte para conectar velozmente el castillo con la recién creada ciudad de las termas. En la plaza medieval, corazón de la ciudadela, se encuentran restaurantes, heladerías y bares que durante la primavera y el verano están muy concurridos. Además en esta época son numerosos los eventos y actos que hacen brillar esta localidad.
La moderna Montecatini Terme es sin embargo una preciosa y vigorosa pequeña ciudad llena de energía. En cada rincón podemos encontrar tiendas, bares, heladerías, restaurantes y estupendas pastelerías. Las tardes son animadas con multitud de locales, discotecas y pubs