A los pies de los montes Apeninos y a 30 kilometros de Florencia, Lucca y Pisa. Pistoia es una ciudad de arte todavía poco conocida. Uno no se espera toda la belleza que Pistoia puede ofrecer, Es como una pequeña Florencia sin río pero con el cuidado y quietud y cariño por el propio patrimonio que no se encuentran ya en las grandes ciudades.
La ciudad fue fundada por los romanos en el segundo siglo antes de cristo, como punto de apoyo en el aprovisionamiento del ejercito en guerra con los ligures, aunque si probablemente ya existía en la misma zona un asentamiento etrusco como demuestran antiguos yacimientos.
La ciudad fue destruida completamente por los Ostrogodos. Una vez reconstruida vive el periodo de mayor esplendor durante el imperio lombardo (longobardo)
Durante la edad media y hasta principios del 1900 la ciudad se convierte en un importante centro político y mercantil gracias al gobierno de algunas familias poderosas de origen noble. Fue una de estas familias las que crearon los primeros círculos culturales. En este periodo Pistoia se distingue por su importante actividad bancaria y financiera, siendo un punto de referencia en el ámbito europeo.
En 1351 la ciudad fue sometida bajo la influencia de Florencia que la gobierno hasta la unificación de Italia. Como consecuencia de la peste del 1300 que diezmó enormemente la población de la ciudad se creo el tercero circulo de murallas caracterizada por torres, torreones y cuatro puertas que permitían el paso a la ciudad.
Estar de vacaciones en esta espléndida ciudad significa sumergirse en una naturaleza que reina en cada rincón. Basta pensar en el encanto de la montaña pistoiesa con sus bosques de hayas, abetos y castaños para descender a las dulces colinas cubiertas de olivos.
El centro de la ciudad es un complejo medieval bien protegido con sus murallas, en parte todavía intactas, en el centro de la cual de encuentra la preciosa plaza de la catedral. Aparece austera y majestuosa, casi mágicamente escondida entre numerosas callejuelas que aun conservan el sabor medieval y que hoy albergan boutiques y refinadas joyerías. Escondido en una reentrada de la plaza se encuentra el "battistero" de estilo gótico con las típicas líneas en mármol blanco y verde. De frente se encuentra el "Duomo" Catedral de San Zeno, con su triple línea de arcos, el pórtico del S.XIII y la típica decoración externa con las líneas de mármol blanco y negro características de Toscana. El interior del "Duomo" alberga una importante colección de esculturas, la principal, la imponente fuente bautismal realizada por Benedetto de Maiano. En la nave derecha de la catedral se puede admirar uno de las obras en plata más importantes de Italia el "Dossale de San Jacobo" con un peso cercano a una tonelada y compuesto por 628 figuras esculpidas. Al lado de la catedral se distingue por su majestuosidad y belleza el palacio consistorial construido en el siglo XVIII periodo de gran auge de la magistratura de la ciudad y que hoy en día alberga aun la administración del ayuntamiento. De frente a este el espléndido palacio del tribunal y poco distante la plaza de la Sala, antiguo lugar donde se hacía el mercado de la ciudad y que aun hoy en día alberga un típico mercado de fruta y verdura. No puede faltar la visita al puesto de la señora que vendía la hierba que levaba el miedo… Alrededor los negocios conservan todavía el antiguo esplendor con sus portones de madera, los marcos de ladrillo… el horno, la tienda de quesos o la carnicería hacen de verdad saborear los auténticos gustos culinarios toscanos. La plaza de la Sala es también sede de importante y conocidos restaurantes y enotecas que proponen platos típicos revisados o reinterpretados por chefs de excepción.
En Pistoia encontraremos tantos palacios históricos de gran importancia artística y de propiedad de las importantes familias de la ciudad y reconvertidos en la actualidad en viviendas privadas. Las numerosas Iglesias románicas y góticas diseminadas por toda la ciudad que con sus callejuelas, lámparas de hierro forjado y placitas son muy sugestivas. El hospital del "Ceppo" todavía el hospital de la ciudad tiene su origen en el 1200. El espléndido escudo que todavía decora la fachada en terracota invetriata es obra de Luca de la Robbia y representa quizás la obra más espectacular realizada por este artista con esta técnica.
Pistoia tiene además una fortaleza atribuida a la familia Medici que en verano es sede de un cine al aire libre.
Se accede a la ciudad atravesando las cuatro puertas: Porta Lucchese, Porta Carratica, Porta San Marco, Porta Al Borgo. Desde cualquiera de las puestas de donde se decida entrar nos encontraremos inmediatamente en una pequeña ciudad medieval rica de fascinación donde hoy en día se puede hacer shopping, degustar renombrados platos tradicionales o apreciar el ambiente típico de la Toscana.
La vía "Francigena" que de Canterbury llevaba a Roma era un itinerario recorrido por peregrinos que a pie hacían la penitencia (se debían recorrer 25 kilómetros al día) y obtener la purificación del alma y la expiación de los pecados. Los peregrinos viajaban en grupo con sus símbolos: La llave pera San Pedro en Roma, La concha de Santiago de Compostela y la Cruz de Jerusalén. Las vías de peregrinación más importantes de la edad media entre el oeste y el noroeste de Europa y Roma atravesaban directamente o indirectamente Pistoia. Los caballeros del Tau eligieron esta ciudad para construir un hospital que curaba a los peregrinos (Hoy en día sede del museo dedicado al artista Marino Marini) Y muchas veces los peregrinos debían pararse en la ciudad para obtener indulgencias legadas a la visita de varios edificios históricos.
La importancia de la vía Francigena para Pistoia la demuestra el hecho de que el patrón de la ciudad es propio San Acopo, santo al que esta dedicada la ciudad de Santiago de Compostela y que en la fachada de la catedral encontremos una concha de peregrino.
En julio se disputa la "Giostra del Orso" Antiquísimo torneo que desde el 1200 se desarrolla en la plaza del Duomo en honor de San Acopo. Hasta 1514 no se tienen muchas noticias sobre como se desarrollaba el torneo. Se trataba de una carrera de caballos que se desarrollaba por buena parte de la ciudad y en la cual el premio era "el palio", un trapo rojo que se ofrecía en el altar a San Acopo. La tradición fue de tal modo sentida en el corazón de los Pistoieses que raramente no se ha disputado en el transcurso de los anos, excepto en momentos de extrema dificultad o epidemias. Un largo periodo sin el torneo sucedió durante la primera guerra mundial hasta el 1947 ano en que un grupo de estudiantes que querían olvidar el triste periodo de las guerras inicia de nuevo esta tradición. Esta primera "Giostra" se realizo en un circuito rectilíneo que iba del palacio del ayuntamiento y que tenia como objetivo golpear la cabeza de un oso pasta de papel.
Hoy en día la "Giostra del Orso" forma parte del julio pistoise en el que se organizan un gran numero de manifestaciones artísticas y musicales.